Un espacio confinado es un lugar de trabajo con escasa ventilación y aberturas de entrada y salida limitadas. Es un entorno con alto nivel de peligrosidad, y no está diseñado para que el trabajador pase un tiempo prolongado dentro de él.
Las características de un espacio confinado hacen de él un lugar peligroso para trabajar, ya que a menudo se acumulan gases tóxicos o inflamables. La escasez de ventilación y de oxígeno son otros de los peligros de estos lugares. Es por ello que se debe seguir un protocolo de seguridad específico para entrar a un espacio confinado.
Si quieres saber más sobre las características y riesgos presentes en un espacio confinado, descúbrelo en el siguiente enlace.
Como comentábamos, para entrar a realizar trabajos en un espacio confinado es preciso conocer y completar un protocolo específico. Entrenar a los empleados para poner en práctica todas las medidas de seguridad puede salvar sus vidas.
Colocarse los EPIs es necesario, tanto el operario que va a entrar al espacio confinado como el recurso preventivo (quien supervisará el trabajo desde fuera).
En función de las características del espacio confinado, los equipos de protección necesarios serán: máscaras respiratorias como la mascarilla FFP2, arnés, cuerda de seguridad, botas, traje protector, guantes, gafas protectoras, casco…
Hay que asegurarse de que el espacio confinado está completamente aislado o protegido ante determinados peligros mientras se trabaja en él.
Los principales riesgos que se deben prevenir de esta manera para proteger al operario son dos:
Este aislamiento se debe realizar mediante elementos de bloqueo, que tienen que estar debidamente señalizados y solo pueden ser manipulados por un responsable.
Debe haber una señalización adecuada que indique que se están realizando trabajos en un espacio confinado. El trípode habilita puntos de anclaje que permiten realizar un rescate fácilmente en caso de producirse algún accidente.
Las mediciones se realizan mediante el instrumental adecuado, como medidores o detectores específicos, desde el exterior del espacio confinado o zona segura.
Primero se abre parcialmente la entrada al espacio confinado y se realiza una medición, a continuación una segunda con la entrada totalmente abierta. Si es necesario, se puede introducir el medidor acoplado a una cuerda, para medir la atmósfera del interior.
Hay tres mediciones que pueden ser necesarias en función del espacio confinado:
El recurso preventivo deberá anotar el resultado de las mediciones antes de autorizar al operario a entrar al espacio confinado.
La ventilación natural de los espacios confinados suele ser insuficiente. Por ello, en muchas ocasiones debe utilizarse un ventilador especial para renovar constantemente el ambiente interior del espacio confinado.
Una vez completados los procedimientos de seguridad, el recurso preventivo debe autorizar al operario para entrar en el espacio confinado. Además, se deberá firmar un permiso de entrada y completar en una check-list todos los pasos completados.
El operario, debidamente protegido, podrá entrar a realizar el trabajo en el espacio confinado, manteniendo comunicación permanente con el exterior. Esto se puede realizar a través de medios de transmisión como un walkie-talkie. Por su parte, el recurso preventivo anotará la hora de entrada y de salida.
Todo este protocolo no es sencillo de recordar si no se entrena adecuadamente. Por ello, es muy importante impartir formación en prevención de riesgos a trabajadores de espacios confinados.
Además de las formaciones prácticas obligatorias, existe una herramienta que complementa la formación teórica, aportándole un componente realista y experiencial: la Realidad Virtual. Con esta tecnología se puede repetir y practicar el procedimiento de entrada al espacio confinado muchas veces, sin un gasto extra.
La Realidad Virtual (VR) reproduce escenarios reales en simulaciones, como una red de saneamiento u otro espacio confinado. El formador puede situar al operario frente a una situación realista de entrada a un espacio confinado, colocándole unas gafas VR
El formador es quien configura la simulación y los ejercicios, pero el operario formado pasa a tomar decisiones en la formación. Debe completar correctamente el procedimiento para entrar al espacio confinado virtual, evitando cometer errores y sufrir accidentes.
El realismo de estas simulaciones tiene un doble beneficio. Por un lado, al operario le resulta más fácil recordar y asimilar el procedimiento al practicarlo de manera realista. Por otro, la posibilidad de comprobar las consecuencias de un error en forma de accidente refuerza su concienciación ante los riesgos.
Aunque no sustituye a las prácticas obligatorias, la VR refuerza la parte teórica de estos entrenamientos, preparando al empleado para realizar dichas prácticas.
Trabajar en un espacio confinado es una actividad de alto riesgo, y todas las herramientas y precauciones son pocas para proteger a los trabajadores.