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Espacios confinados: características, riesgos y accidentes

Escrito por Alejandro Gutierrez | 10 Oct, 2023

Los espacios confinados son uno de los lugares de trabajo más peligrosos. Los profesionales que entran en un espacio confinado a realizar trabajos están expuestos a sufrir accidentes graves, como asfixia o intoxicación. Por ello, es importante conocer las características de estos recintos confinados y las medidas de seguridad para prevenir riesgos. 

¿Qué son los espacios confinados? 

Los espacios confinados son lugares de trabajo con aberturas de entrada reducidas y escasa ventilación, a los que se accede de manera esporádica. No están pensados para trabajar largo tiempo en su interior, y pueden albergar peligros como gases tóxicos o inflamables, entre otros. 

Algunos ejemplos de espacios confinados son las arquetas, fosas sépticas, depósitos, redes de saneamiento, túneles o pozos. Todos estos lugares presentan características similares de confinamiento y ventilación natural poco favorable, lo que aumenta la peligrosidad de trabajar en su interior. 

Características de los espacios confinados 

  • No están concebidos para albergar un puesto de trabajo continuo o permanecer largo tiempo en su interior. 
  • Los espacios confinados no tienen un acceso o salida fácil ni amplias aberturas que faciliten una evacuación rápida y segura. 
  • La ventilación natural es escasa, y el nivel de oxígeno suele ser bajo. 
  • Pueden albergar gases y vapores tóxicos o inflamables. 

Con todas estas características, es evidente que los espacios confinados entrañan un gran peligro para los trabajadores. Seguir correctamente los procedimientos de seguridad puede ayudar a prevenir estos riesgos y evitar accidentes graves.  

Riesgos y accidentes más comunes en espacios confinados 

200 muertes al año en espacios confinados

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional), cada año mueren unas 200 personas en accidentes en espacios confinados. Además, un gran porcentaje de estos accidentes mortales afectan a los encargados de hacer un rescate en el espacio confinado. 

Los peligros de un espacio confinado pueden ser específicos, causados directamente por las condiciones específicas de estos lugares, o generales. 

Riesgos y accidentes específicos de los espacios confinados 

  • Asfixia: la escasez de oxígeno en los espacios confinados a menudo provoca situaciones de asfixia que pueden tener un resultado grave. 
  • Intoxicación: en los espacios confinados, a menudo se acumulan gases o vapores tóxicos. Si no se detectan y previenen, pueden producir enfermedades, intoxicación aguda o incluso la muerte. 
  • Incendios y explosiones: del mismo modo, en ocasiones se acumulan vapores o gases inflamables en los espacios confinados. La presencia de restos de líquidos inflamables también puede provocar este tipo de riesgo grave. 

Riesgos generales que pueden aparecer en un espacio confinado 

  • Electrocución: pueden producirse contactos indirectos, al tocar partes metálicas accidentalmente puestas en tensión. 
  • Riesgo mecánico: maquinaria o equipos que se ponen en marcha accidentalmente, choques, golpes o aplastamientos dentro del espacio confinado... 
  • Caídas: pueden ser al mismo nivel, causadas al resbalar, o a distinto nivel, mientras el empleado desciende o asciende del espacio confinado. 
  • Comunicación problemática entre el exterior y el interior de los espacios confinados. 
  • Caída de objetos desde el exterior al interior del espacio confinado mientras un trabajador está dentro. 

¿Cómo trabajar con seguridad en espacios confinados? 

Por todo lo mencionado, es muy importante seguir todos los lineamientos y protocolos de seguridad para realizar trabajos en espacios confinados. Algunos de ellos son: 

  • Contar con la autorización para entrar al espacio confinado. 
  • Medir y evaluar la atmósfera del interior: estas mediciones deben hacerse desde el exterior de los espacios confinados, antes de entrar. Se mide que el porcentaje de oxígeno no sea menor a 20,5%, y la posible presencia de gases tóxicos o inflamables. 
  • Aislamiento y señalización: los espacios confinados deben aislarse para evitar el aporte no controlado de energía o de compuestos tóxicos. También debe señalizarse que se están realizando trabajos en el espacio confinado, y evitar que los elementos bloqueados se desbloqueen. 
  • Ventilación: si la atmósfera es irrespirable o se detectan gases nocivos, debe procederse a la ventilación de los espacios confinados. 
  • Vigilancia desde el exterior: la persona que permanece en el exterior debe estar en permanente comunicación con quien entra al espacio confinado. Además, es la encargada de seguir comprobando los niveles de oxígeno y de gases perjudiciales. Esto es vital para asegurar un rescate en caso de accidente.  
  • Formación en prevención de riesgos laborales: es fundamental entrenar a los trabajadores para afrontar los peligros que conlleva trabajar en espacios confinados. La gravedad del riesgo hace que la concienciación sea clave en este tipo de formaciones. En la actualidad, se están empleando herramientas punteras como la realidad virtual (VR) para reforzar esa concienciación e impartir entrenamientos realistas.  

Realidad virtual en formación de trabajos en espacios confinados 

La realidad virtual es un complemento para potenciar la formación en espacios confinados. Esta tecnología permite recrear situaciones del mundo real en simulaciones, y vivir experiencias realistas en primera persona. 

Estas formaciones con realidad virtual no sustituyen a una práctica obligatoria, pero ayudan a concienciar a los empleados y a realizar las prácticas con eficiencia. En la simulación, se recrean situaciones de peligro difíciles de plantear en la vida real, con la posibilidad de cometer errores y sufrir accidentes virtuales. 

 
La simulación de espacios confinados de Ludus permite a los formadores realizar entrenamientos realistas sin poner en riesgo real al trabajador. Incluye dos ejercicios: uno en que el alumno autoriza a un operario a descender al espacio confinado, y otro en que el propio alumno accede. 

 

 

Equiparse los EPIs (equipos de protección individual), realizar y apuntar mediciones de la atmósfera, contactar por walkie, balizar la zona y colocar el trípode... Los diferentes pasos del protocolo previo, así como los relativos a la entrada (anclarse al trípode, acostumbrarse a la oscuridad...) aparecen en la simulación. 

Si el empleado formado comete errores, puede sufrir accidentes virtuales que en la realidad serían fatales, reforzando su concienciación. Por ejemplo, si no utiliza una vara de tanteo puede caer y sufrir un ahogamiento. Además, al final se incluye una pantalla de resultados en la que el alumno comprueba los errores cometidos.