Princesa de Gales, activista, filántropa... Diana de Gales, también conocida como Lady Di, fue una de las figuras más carismáticas y recordadas de finales del siglo XX. La inesperada muerte de Lady Di fue un hecho trágico y traumático a partes iguales, un suceso que estremeció a medio mundo.
Diana de Gales, conocida como Lady Di, murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente de tráfico en París. En el accidente también perdieron la vida su pareja de entonces, Dodi Al-Fayed, y el conductor Henri Paul, que trataba de dejar atrás a unos paparazzi.
Los accidentes de tráfico siguen siendo una de las principales causas de muerte no natural. Cada año, los incidentes en carretera se cobran cientos de vidas, por lo que es necesario reforzar comportamientos responsables al volante.
Procedente de la realeza británica, Lady Di saltó a la fama internacional al convertirse en princesa de Gales en 1981. Diana se casó entonces con el actual rey Carlos III, en una ceremonia que fue contemplada por más de 750 millones de televidentes en todo el mundo. Diana fue apodada ‘La princesa del pueblo’, debido a su gran carisma y labor filántropa.
El matrimonio tuvo dos hijos, Enrique y Guillermo, aunque la relación entre Carlos III y Lady Di no tuvo un final feliz. Tras varios años de separación y relaciones extramatrimoniales, ambos oficializaron su divorcio en 1996.
Antes de la muerte de Lady Di, la princesa ya había adquirido una gran fama internacional. Su carisma, su glamur y su labor como filántropa la convirtieron en una de las figuras más populares de los años 80 y 90. Diana de Gales fue reconocida por su participación en campañas de apoyo a pacientes de sida o para eliminar las minas terrestres, entre otras.
El día de la muerte de Lady Di, en 1997, la princesa viajaba en un coche junto con su nueva pareja, Dodi Al-Fayed. Ambos se dirigían desde el hotel Ritz hacia un apartamento situado en la calle Arsene Houssaye, y el jefe de seguridad del hotel, Henri Paul, conducía el auto.
Tratando de escapar de los paparazzi que hostigaban a la pareja, el conductor acabo teniendo un accidente mortal en el túnel del Pont del Alma, en la margen norte del Sena. El coche circulaba a gran velocidad, y chocó frontalmente contra un pilar. Además de la muerte de Lady Di y de Dodi al-Fayed, el propio Henri Paul perdió la vida, y solo sobrevivió un guardaespaldas.
Años después sería revelado que, aquel fatídico día, Henri Paul conducía bajo los efectos del alcohol y de medicamentos. En 2008, un jurado consideró el suceso como homicidio involuntario, tanto por parte de Henri Paul como de los paparazzi que perseguían al vehículo.
Desafortunadamente, la historia de la muerte de Lady Di no es un hecho aislado. Cada día decenas de personas fallecen en accidentes de coche, algunas de ellas por conductas irresponsables, otras por simple mala suerte. La inmensa mayoría de estos casos los protagonizan personas anónimas, pero también hay otros rostros célebres que han corrido una suerte similar a la de Diana de Gales.
Quizás uno de los sucesos más parecidos a la muerte de Lady Di fue el accidente de Grace Kelly. La estrella de Hollywood también formó parte de la realeza, tras casarse con el príncipe Raniero III de Mónaco. La protagonista de películas como ‘Mogambo’ o ‘The country girl’ falleció en un accidente de tráfico en 1982.
Otro de los casos que más resonancia ha tenido en los últimos años ha sido la trágica muerte de Paul Walker. El protagonista de ‘Fast and Furious’, una de las sagas más conocidas y taquilleras del cine estadounidense, también falleció trágicamente a bordo de un automóvil. Descubre la historia completa de la muerte de Paul Walker y su última escena en ‘Fast and Furious’.