El riesgo eléctrico está presente en la mayoría de los entornos de trabajo, y provoca cientos de accidentes laborales cada año. Solo en España, en 2022 hubo más de 900 accidentes eléctricos en el trabajo.
El riesgo eléctrico existe cuando un trabajador corre peligro de entrar en contacto con la corriente eléctrica, especialmente en situaciones donde hay distribución eléctrica en baja tensión. Cuando se producen, estos sucesos se conocen como accidentes eléctricos, y pueden ser diferentes según el tipo de contacto.
El contacto con la electricidad puede ser de varios tipos:
Aprende más sobre los diferentes tipos de contactos eléctricos y cómo prevenirlos en el siguiente enlace.
El paso del tiempo afecta a las instalaciones y a la maquinaria, deteriorándola y aumentando el peligro de accidentes eléctricos. Además, la normativa con respecto a estos elementos cambia y se actualiza, por lo que los equipos antiguos pueden no cumplir con medidas de seguridad.
Realizar un mantenimiento periódico de los equipos, elementos de protección e instalaciones es fundamental para evitar accidentes eléctricos. Mantener las máquinas en un estado óptimo reduce el riesgo de electrocuciones entre los trabajadores.
Cuando se realizan trabajos con instalaciones en tensión, hay que señalizar el peligro existente para el resto de trabajadores. Esta es una de las célebres “5 reglas de oro” para prevenir accidentes eléctricos.
Los equipos de protección individual (EPIs) pueden evitar accidentes eléctricos graves, al aislar al trabajador de la corriente. Los guantes y demás materiales fabricados con un material dieléctrico, como la goma, sirven a este propósito.
La normativa y los protocolos de seguridad deben ir actualizándose con el paso del tiempo, en función de nuevas necesidades, máquinas u organización del trabajo. Las medidas de prevención evolucionan y se adaptan a la normativa vigente para mantener a los trabajadores bajo una protección actualizada.
En ocasiones, los accidentes eléctricos pueden achacarse a una imprudencia temeraria del trabajador. Para que esto ocurra, el empleado debe haber sido formado, conocer el protocolo de seguridad e ignorarlo deliberadamente.
La formación en seguridad y salud o prevención de riesgos laborales es una obligación legal para las empresas. Entrenar a los trabajadores en procedimientos y medidas de seguridad protege sus vidas y evita sucesos como los accidentes eléctricos.
En las formaciones de riesgo eléctrico se están incorporando herramientas punteras como la Realidad Virtual para potenciar la concienciación y el realismo.
La tecnología de Realidad Virtual permite simular situaciones de peligro realistas. Al colocarse las gafas y acceder a la simulación, guiado por el formador, el empleado aprende a protegerse mientras vive experiencias en primera persona.
Esta herramienta aporta un componente dinámico y experiencial a estas formaciones teóricas. Los trabajadores entrenan su toma de decisiones, y pueden cometer errores o incluso sufrir accidentes virtuales. Todo ello potencia la concienciación para no repetir el error en la vida real.
La Realidad Virtual es un instrumento a disposición de los formadores. Utilizándola, pueden introducir situaciones peligrosas en sus formaciones, que serían difíciles de plantear en la vida real. En el caso de la simulación de riesgos eléctricos de Ludus, los alumnos pueden sufrir accidentes eléctricos si no se protegen adecuadamente.
Solo en España, cada día más de dos trabajadores son electrocutados mientras desempeñan su labor. Es fundamental utilizar todos los recursos disponibles para salvaguardar su salud y evitar accidentes eléctricos.
¿Quieres saber cómo funciona una formación en riesgos eléctricos utilizando realidad virtual, o los beneficios que trae? Descúbrelo en el siguiente enlace.