Las bocas de incendio equipadas (BIE) son un sistema de extinción de incendios que utiliza el agua para apagar el fuego. Van ancladas a la pared, y están conectadas a la red de abastecimiento de agua. Son un método eficaz para afrontar incendios para los que un extintor portátil no es suficiente.
En función de su diámetro, se identifican dos tipos de bocas de incendio equipadas diferentes:
Las bocas de incendio equipadas se suelen instalar en recintos de grandes dimensiones o con elevado tránsito de personas, como hospitales, centros comerciales, bibliotecas...
Estos lugares son considerados de riesgo, debido a su capacidad para albergar a un gran número de personas o a la amplitud para que se propague el incendio. Es por ello que la carga de un extintor portátil puede no ser suficiente.
Las bocas de incendio equipadas ofrecen un sistema de extinción potente e inagotable, ya que su agente extintor (el agua) proviene de la red de abastecimiento. Son eficaces para hacer frente a fuegos de dimensiones considerables, que no pueden ser controlados con un extintor.
Si quieres saber más sobre las bocas de incendio equipadas y el protocolo que debes seguir para utilizar una, te lo contamos todo en el siguiente enlace.
Antes de utilizar las bocas de incendio equipadas, es necesario recibir una formación sobre su uso y aprender cómo funcionan. Uno de los elementos importantes es conocer las diferentes partes que componen la BIE, para saber cómo actúa cada una.
Las formaciones de prevención de riesgos como las de uso de BIEs son fundamentales para aprender a utilizar las bocas de incendio equipadas. Sin embargo, en ocasiones puede ser complicado impartir entrenamientos prácticos.
Para practicar con bocas de incendio equipadas puede ser necesario alquilar instalaciones específicas, ya que no es fácil hacerlo en los lugares donde se instalan. Inundar de agua el suelo o encender un gran fuego para aprender a apagarlo con una BIE son ejemplos de por qué no es fácil impartir estos entrenamientos prácticos.
En los últimos tiempos, la tecnología de realidad virtual se ha empezado a utilizar para impartir formaciones de uso de BIE inmersivas y realistas.
La realidad virtual (VR) recrea situaciones de peligro realistas en simulaciones, como un incendio en una biblioteca. El formador sitúa al alumno frente a estos riesgos, y este debe seguir el procedimiento adecuado y apagar el fuego con una BIE.
De esta manera, el alumno entrena su toma de decisiones y experimenta sensaciones durante el aprendizaje. Este modelo, conocido como ‘Learn by living’, se refuerza gracias al realismo de la simulación.
Además, la persona formada en el uso de bocas de incendio equipadas puede cometer errores, e incluso sufrir accidentes virtuales. Por ejemplo, si se acerca demasiado a las llamas puede sufrir quemaduras, o si proyecta el agua sobre un aparato eléctrico sin desconectarlo, se electrocutará. Todas estas variables aportan realismo y refuerzan la concienciación, para no repetir errores fatales en la vida real.
¿Quieres saber cómo funcionan las formaciones de uso de BIEs con tecnología de realidad virtual, o descubrir todas sus ventajas? Puedes encontrar la información en este enlace.