Los espacios confinados son lugares de trabajo con aberturas de entrada y salida limitadas y poca ventilación. No están concebidos para trabajar continuamente en su interior, por lo que existen riesgos graves y el acceso debe ser controlado y planificado.
Existen varios tipos de espacios confinados en función de si cuentan con una abertura permanente o no. No obstante, todos son considerados entornos de riesgo para el trabajador. De ahí que se contemple un protocolo de rescate en espacios confinados.
La peligrosidad de un espacio confinado proviene de sus propias características. La escasa ventilación favorece que se acumulen gases peligrosos en su interior, y el nivel de oxígeno suele ser bajo. Esto a menudo hace que se produzcan accidentes graves como asfixia, intoxicación o incendios y explosiones.
Cada año se producen más de 200 muertes de trabajadores en espacios confinados, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, gran parte de las muertes afectan a empleados que entran a realizar un rescate en espacios confinados.
Se denomina auto rescate a la circunstancia en la que el trabajador consigue salir del espacio confinado por su cuenta, sin quedar incapacitado. Se trata del tipo de rescate en espacios confinados más deseable.
Para que sea posible el auto rescate, el peligro debe ser identificado antes de que sea demasiado tarde y el trabajador quede incapacitado. Puede detectarlo el propio empleado, o recibir la orden de abandonar el espacio confinado por parte del recurso preventivo (las personas que permanecen fuera).
En este caso, el trabajador ha quedado incapacitado, por lo que debe realizarse un rescate en espacios confinados desde el exterior. Para realizar un rescate sin entrada, será necesario el uso de equipos como líneas de seguridad conectadas al arnés anticaídas del trabajador.
El trípode de ascenso y descenso es especialmente útil en casos de rescate en espacios confinados sin entrada. Se trata de un dispositivo colocado fuera del espacio confinado, que cuenta con sistema anticaídas y de recuperación para izar al trabajador desde fuera.
Los rescates sin entrada permiten reducir al máximo el riesgo de accidente de los rescatistas, y en muchos casos son preferibles a la entrada. Si la atmósfera o las condiciones del espacio confinado ya han incapacitado a un trabajador, es altamente peligroso entrar a rescatarlo.
Se trata del último recurso en casos de rescate en espacios confinados. Se produce cuando el rescatador debe acceder al espacio para sacar al trabajador accidentado. Quien accede al interior a realizar el rescate en espacios confinados se pone en peligro, sobre todo si las condiciones del espacio son incapacitantes.
Por ello, este tipo de rescate en espacios confinados debe ser cuidadosamente planeado y ejecutado, con las medidas de protección adecuadas. Como comentábamos, en muchas ocasiones las víctimas mortales de accidentes en espacios confinados son los rescatadores.
Por último, después de realizar un rescate en espacios confinados, es necesario evaluar su desarrollo y posibles áreas de mejora.
Aunque los accidentes no siempre pueden evitarse, existen protocolos de seguridad que ayudan a prevenirlos. Esto cobra especial importancia en lugares de trabajo tan peligrosos como los espacios confinados. Seguir los procedimientos y entrenar a los trabajadores en medidas de prevención es fundamental para proteger sus vidas.
El correcto uso de equipos de protección para acceder, las mediciones previas de la atmósfera, los formularios a cumplimentar… Todo ello debe entrenarse en las formaciones de prevención de riesgos, para minimizar la posibilidad de sufrir un accidente.
¿Conoces los pasos del protocolo necesario para acceder a un espacio confinado en condiciones de seguridad? Descúbrelos en el siguiente enlace.