El término ‘nativo digital’ se refiere a aquellas personas que han crecido en contacto con tecnologías digitales y la red. La irrupción de los avances tecnológicos ha alcanzado numerosos ámbitos y entornos, tales como el ocio, el trabajo o la educación. El estrecho contacto de estos nativos digitales con la tecnología hace que cada vez se utilicen más herramientas como la realidad virtual en la enseñanza. Este fenómeno se conoce como ‘Educación 4.0’.
Existen ciertos rasgos distintivos a tener en cuenta a la hora de adaptar la enseñanza al colectivo de nativos digitales. La red de cooperación universitaria Universia habla de varias preferencias de los nativos digitales en el proceso de aprendizaje, identificadas por el autor Marc Prensky:
Al haber crecido interactuando con tecnologías, los nativos digitales se sienten cómodos adquiriendo conocimientos mediante herramientas y plataformas innovadoras. Es por ello que aplicar avances como la realidad virtual en la enseñanza es un camino cada vez más explorado.
La realidad virtual (RV) permite recrear entornos y situaciones realistas gracias a las simulaciones. Mediante unas gafas de RV, el alumno se sumerge en la simulación y vive la experiencia en primera persona. Esto consigue un aprendizaje inmersivo, y favorece que el estudiante experimente sensaciones mientras adquiere conocimientos.
La organización IFEMA Madrid menciona varios beneficios de la realidad virtual en la enseñanza:
Esta organización apunta que la RV es una herramienta muy útil no solo para los alumnos, sino también para los profesores. Los centros educativos que incorporan esta tecnología, además, pueden diferenciarse, ampliar su oferta formativa y modernizar algunos contenidos.
Según la escuela online Euroinnova, la Educación 4.0 está “relacionada con los cambios industriales que se presentan, también basados en el desarrollo económico y tecnológico”. Esta incorporación de tecnologías emergentes en la enseñanza también tiene múltiples aplicaciones en la formación profesional.
El uso de tecnologías como la realidad virtual en los centros de educación profesional tiene sentido por su enfoque práctico. La formación profesional se beneficia de ese componente experiencial para situar a los alumnos en un entorno que encontrarán en su futuro puesto de trabajo.
Un ejemplo de esto sería la formación en prevención de riesgos laborales (PRL). Los centros de FP imparten asignaturas en las que se forma a los alumnos en prevención. La seguridad en el trabajo es esencial para proteger a los empleados, y con herramientas como la RV los estudiantes descubren los riesgos que afrontarán en el futuro.
En España, el Gobierno impulsa desde hace algún tiempo la Educación 4.0 con la creación de las aulas tecnológicas AtecA. Estas aulas incorporan las nuevas tecnologías en centros de formación profesional, en una apuesta por modernizar sus métodos de enseñanza.
Si quieres descubrir cómo las Aulas AtecA están incorporando la realidad virtual a sus formaciones de prevención de riesgos, averígualo en este enlace.