La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica de emergencias fundamental para salvar vidas en caso de parada cardiorrespiratoria. Aunque se trata de un método estandarizado, la forma de aplicarlo varía en función de la víctima. Un ejemplo de ello es cuando debemos realizar la RCP en bebés.
Los procedimientos de situaciones de emergencia deben adaptarse al perfil de la víctima, como en este caso. Además de la RCP en bebés, hay otras técnicas adaptadas a los lactantes, como la maniobra de Heimlich. Si quieres saber cómo se hace la maniobra de Heimlich en bebés, te lo contamos en el siguiente enlace.
Lo primero que debes hacer antes de realizar la RCP en bebés es asegurarte de que la necesitan. Para hacerlo, es importante comprobar la consciencia y la respiración del lactante.
Para comprobar si el bebé está consciente, debería bastar con palmear levemente la planta del pie. Hablarle o emitir algún sonido más fuerte serían otras opciones, pero nunca debes zarandear al bebé como harías con un adulto.
Si el bebé está boca abajo, debes colocarlo con cuidado boca arriba para buscar signos de respiración. Esto lo harás observando si su pecho se mueve, o acercando el oído a su boca. Si el bebé no da señales de vida y no respira, necesitarás realizar la RCP.
No obstante, antes de comenzar con la maniobra debes marcar el número de Emergencias. Este paso es importantísimo, ya que los servicios sanitarios enviarán una ambulancia y te indicarán lo que debes ir haciendo hasta su llegada.
Como acabamos de comentar, es necesario dar estos pasos previos y llamar a Emergencias antes de realizar la RCP en bebés.
Debes colocar dos o tres dedos sobre el esternón del lactante, bajo la línea de los pezones. Mantén la otra mano sobre la frente del bebé, para evitar que su cabeza se zarandee al comprimir.
Debes realizar 30 compresiones en el esternón, a un ritmo de entre 100 y 120 compresiones por minuto. Entre las compresiones, siempre debes asegurarte de permitir que el pecho se levante completamente.
Para realizar estas respiraciones, puedes cubrir la nariz del bebé y exhalar aire en la boca del bebé, de forma que su pecho se levante. También debes asegurarte de que las vías respiratorias del bebé están abiertas, inclinando su cabeza hacia atrás.
Si el bebé no responde, deberás repetir este proceso hasta la llegada de los servicios de emergencia. Si detectas que comienza a respirar por sí solo o que da señales de vida, deja de hacer la RCP en bebés.
Recuerda que mantener la comunicación con los servicios de emergencia es fundamental en estos casos, ya que te recordarán los pasos que debes llevar a cabo.
Según el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, la gran mayoría de las paradas cardiorrespiratorias se producen en el domicilio. La mayoría de las veces no habrá sanitarios cerca cuando algo así ocurra, por eso es importante que todos conozcamos la RCP.
No obstante, hay barreras que impiden masificar ese tipo de formación entre la población general. Falta de realismo, entrenamientos sin estrés, dificultad para refrescar periódicamente la formación...
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