Los entrenamientos de seguridad y salud en el trabajo son obligatorios para las empresas, y conllevan ciertos costes asociados a tiempo y recursos. Los costes de la formación en prevención de riesgos laborales (PRL) deben ser asumidos por las compañías, y nunca por los empleados. Sin embargo, crear un entorno seguro para los trabajadores reduce accidentes y salva vidas, lo que se traduce en un ahorro en gastos como los de absentismo, litigios…
La formación en seguridad y salud, obligatoria por ley
Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el empresario deberá “garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica en materia preventiva”. Dicha formación debe centrarse específicamente en el puesto del trabajador, y adaptarse a la evolución y aparición de nuevos riesgos.
Las formaciones prácticas son necesarias para preparar a los operarios para la realidad de su puesto de trabajo. Actividades como los trabajos en altura o el manejo de maquinarias pesadas implican riesgos consubstanciales, y el entrenamiento práctico es imprescindible para evitar accidentes.
Estos entrenamientos, también según la ley, deben impartirse siempre que sea posible en horas dentro de la jornada de trabajo. Cuando sea en otras horas, estas deberán descontarse después de la jornada de los empleados.
Las compañías pueden impartir las formaciones con sus propios medios, o contratando servicios de prevención ajenos (empresas dedicadas a dar entrenamientos PRL). En cualquier caso, el coste de las capacitaciones en seguridad y salud nunca podrá recaer en los trabajadores.
Diferentes tipos de costes de la formación en prevención de riesgos
Entre los diferentes costes de la formación en prevención de riesgos, hay algunos recurrentes:
- Costes de las formaciones prácticas: algunos entrenamientos prácticos requieren gastos en materiales o en recreación de situaciones de riesgo. Un claro ejemplo serían las formaciones en extinción de incendios, que además de conllevar costes evidentes tienen un impacto medioambiental.
- Costes en horas de trabajo: tal y como indica la ley, las formaciones PRL deben darse en horas de trabajo, lo que implica un coste para las empresas. Cuantas más horas sean necesarias para impartir un entrenamiento de seguridad y salud, mayor será el coste en horas no trabajadas.
- Costes por detención de procesos: este es un tipo de coste frecuente en formaciones prácticas. Para instruir de forma práctica a los empleados en el manejo seguro de una grúa, por poner un caso, tradicionalmente se usa la propia máquina. Al detener el proceso de la grúa para impartir la formación, se producen costes para la empresa que aumentan a cada hora.
Estos y otros costes, como los asociados a la propia actividad de los formadores en seguridad y salud, son parte del proceso preventivo en las empresas. Por otro lado, la inversión en PRL acaba resultando rentable.
La rentabilidad de invertir en PRL
Según la presentación ‘Nuevos riesgos laborales: Prevención 4.0’, presentado en el Congreso Internacional Prevencionar 2021, la rentabilidad de la PRL se refleja en la productividad. Los datos de este informe de Egarsat mencionan un aumento de la producción de un 20% y una reducción de entre 12 y 36% de absentismo laboral por invertir en PRL.
La productividad es uno de los campos que se ven beneficiados por la inversión en seguridad y salud es el de. El ‘Informe Adecco sobre la empresa saludable y gestión del absentismo’ señala que la preocupación por la seguridad de los trabajadores se vuelve recíproca. Según este informe, los empleados “se sentirán más ligados a la empresa favoreciéndola como auténticos embajadores, obteniendo ventajas competitivas y valor añadido”.
La prevención de riesgos laborales es un elemento esencial para proteger la salud de los trabajadores, pero también para ahorrar costes e impulsar la productividad. Si quieres descubrir cómo se pueden ahorrar costes derivados del absentismo en las empresas, averígualo en este enlace.